Un tema un poco controversial
pero interesante de analizar: “La influencia del hombre en la fe, a lo largo de
la historia”. Aguas profundas, pero un tópico rico para comunicadores que
desean llevar el ámbito de la religión a un debate de principios más que en
ideologías o extremismos.
En primer lugar es importante
aclarar que el propósito de este artículo es netamente académico y reflexivo,
sin intención de irrespetar las creencias de terceros y utilizando como
referencia elementos históricos que ud mismo puede encontrar en los textos.
Me gustaría iniciar lanzando una
palabra sencilla como lo es la “fe”, a discusión. Parece mentira pero este
monosílabo es la manzana de la discordia entre muchos practicantes religiosos. Es
una falacia creer que la evolución del pensamiento ha generado una evolución de
los conceptos relacionados a esta palabra. Realmente seguimos pensando igual
que en 1500.
La fe es seguridad, confianza en
algo. Para los creyentes la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción
de lo que no se ve. Es tener seguridad de que aún cuando yo en mi humanidad no
he visto a ese Dios todopoderoso, creo que Él es grande y es creador de lo que
hay a mi alrededor. Ahora pues, si la fe
es un pensamiento internalizado, una idea conceptualizada por cada uno de
nosotros, ¿qué necesidad tiene un tercero de controlar mi manera de pensar?
Si nos vamos a la biblia que es
Palabra de Dios, y buscamos Hebreos 11:2 encontraremos el siguiente versículo “Dios
aprobó a los que vivieron en tiempos pasados por la fe que tenían.”
¿Qué significa esto? Que existía
una relación personal entre un ser y su creador que es Dios.
Pero si tomamos como referencia
los hechos históricos del Medioevo, encontramos una institución creada por el hombre
para intentar hegemonizar esa fe de los creyentes…”La Inquisición”. Tomar este
período puede ser motivo de burla, pero lo gracioso es que hoy en día seguimos
teniendo pensamientos de esa época.
La Inquisición se conformó como
un medio a través del cual la Iglesia como institución, manipulaba a sus fieles
infundiéndoles miedo y utilizando la Palabra de Dios como excusa para llevar a
cabo sus torturas y su hegemonía. Ahora, mi intención es demostrar que solo la
Palabra puede hacerte libre de entrar en un sistema de normas y estructuras que
buscan controlar tu manera de pensar.
“Si ustedes siguen obedeciendo mi
enseñanza, serán verdaderamente mis seguidores. Conocerán la verdad, y la verdad los hará
libres.” Juan 8:31-32
Aquí Jesús da la clave. Él dice
que quienes lo sigan a Él conocerán la verdad y serán libres. Fíjate cómo él
trata el tema de la adoración a Dios. Jesús no nos llama a seguir leyes, normas
o dogmas, Él quiere que seamos libres entendiendo que por medio de Él somos
salvos y libres de ataduras.
Durante el Medioevo, los llamados
“Autos de fe” eran espectáculos a través de los cuales, la iglesia pretendía
exhortar a los fieles a arrepentirse de
sus pecados y adherirse a su dogma, por medio del castigo. Los creyentes debían
arrepentirse públicamente y muchas veces eran condenados a muerte.
“La verdad los hará libres”… cuando
vamos a la Palabra de Dios encontramos la verdad.
“Si decimos que no pecamos, nos
engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros;” 1 Juan 1:8
“pero si confesamos nuestros
pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad.”
1 Juan 1:9
Comencemos por reconocer que sí
somos pecadores, pero que si nos arrepentimos y confesamos nuestros pecados al
Señor, Él nos perdonará.
“La tristeza que Dios busca es la
que produce un cambio de corazón y de vida. Ese cambio lleva a la salvación y
por ello no hay que lamentarse. En cambio, la tristeza del mundo lleva a la
muerte.” 2 Corintios 7:10
Se trata de querer renovar
nuestra manera de pensar, limpiar nuestro corazón y comenzar a conocer a Jesús,
a imitarlo en su perfecta manera de actuar.
El problema es que el hombre y la
institución nos han cambiado la forma de pensar y estamos tan arraigados a los
dogmas, tan acostumbrados a seguir a alguien, que hemos dejado atrás la
capacidad de tener esa fe autónoma, de confiar en lo que internamente creemos y
preferimos entrar en un carril de normas.
“La verdad los hará libres”… La
verdad es Jesús. La iglesia no puede perdonar tus pecados, la confesión debe
ser genuina y directamente con Dios. La práctica religiosa no te salvará ni te
llevará al cielo. La idolatría a otras imágenes es la mejor manera que tiene la
institución de que sus fieles se mantengan en la iglesia, ya que distrae del
verdadero compromiso que tenemos con Dios. Es más fácil arrodillarse ante una
imagen que asumir el reto de caminar con el Señor.
Por eso el hombre con sus leyes y
su institucionalidad ha influenciado en el pensamiento de cada uno de nosotros
y ha cambiado el significado de la “fe”.
Te invito a explorar la Palabra
de Dios. En ella encontrarás el testimonio de la verdad más genuino… el evangelio
de Jesús. La gran verdad que te dará libertad para siempre y conocerás al mundo
desde una perspectiva completamente diferente.