El “Dios” social
El “Dios” social es aquel Dios
que una gran mayoría de personas ha construido para amoldar a su cómo estilo de
vida. La sociedad actual ha asumido dos
posturas, dos perspectivas como modo de vivir.
La primera postura se basa en el “realismo”,
en lo concreto, en un pensamiento que se guía por las leyes y teorías que otras
personas de la humanidad han creado ya antes, para hegemonizar nuestra manera
de pensar colocando nuestras ideas en una línea completamente lógica en donde
no hay lugar para lo sobrenatural y en donde el espíritu no tiene cabida. No es
mala esta perspectiva pero un poco efímera al ser netamente terrenal. Lo que
ocurre en esta vida, algún día se acaba y así mismo tú te vas.
Por otro lado se incorpora la
perspectiva del “Dios” social. Este “Dios” que se inventado es esa energía que
está en algún lado presente. Es el “Dios” con el que la gente hace catarsis, lo
sacan de una cajita para desahogarse con Él y cuando han terminado lo vuelven a
colocar para una próxima oportunidad.
Incluso ese “Dios” social es el
motivo por el cual muchas personas asisten a una iglesia o son devotas a una religión.
Una manera de demostrarle a los de su entorno una faceta “piadosa” de su vida,
aún cuando no conocen las verdades de la Palabra.
Muchos adoptan estas religiones
para justificar su modo de vivir con algo que pueda redimirlos de un estilo de
vida superficial, pasional, racional y poco compasiva.
No es mi intención que alguno de
mis lectores se sienta aludido con estas palabras, más bien mi deber es dar a
conocer al verdadero Dios, aquel que está presente en la biblia.
Te invito a romper los paradigmas
y seguir leyendo.
Comencemos por el poder de Dios.
“Cuando en un principio Dios creó
los cielos y la tierra, reinaba el caos y no había nada en ella” Génesis 1:1.
Si tú crees en un Dios que puede ayudarte en momentos de dificultad, debes
creer en el Dios que creó nuestro mundo y te creó a ti. En el libro de Génesis,
Dios es presentado como ese ser todopoderoso, el Dios de orden, un Dios
planificador que creó todo en el momento preciso, trayéndonos a la analogía de
que Dios tiene un orden para conducir tu vida y todo lo que te sucede tiene un
propósito ya establecido por Él.
En segundo lugar, Dios coloca
pruebas en nuestras vidas para ver nuestra actitud, para forjar nuestro
carácter. Si tú crees en ese Dios, pues debes creer que toda la situación que
tú estás viviendo es su voluntad. ¡Así Él lo quiere! Tal vez no conozcas el por
qué, pero una vez que admites que esto es así, es más fácil acercarte a Él para
que te enseñe cuál es ese propósito.
Dios es Espíritu.
Si tú crees en este Dios, debes
creer entonces que vivimos en un mundo espiritual en donde nuestro espíritu -valga
la redundancia- sí tiene cabida y no somos simples seres lógico-racionales.
Al ser un mundo espiritual existe
una batalla constante entre el bien y el mal, una lucha en donde Dios es
espectadora, y los actores somos el enemigo y nosotros. Y déjame decirte que el
diablo no es una historia, un mito o algo parecido, él es un ente que se pasea
entre aquellos que han decidido creer en este “Dios” social inventado. La
naturaleza del hombre es completamente carnal, pasional y egoísta, no conoce el
verdadero amor.
Cuando optamos por hacer todo lo
que consideramos “socialmente correcto” como NO perdonar a los que nos ofenden,
no tener compasión por otros, caer en inmoralidad sexual, no santificar
nuestros cuerpos, dejarnos llevar por la ira, amargura y rabia, sencillamente
somos manejados por ese enemigo que nos hace caer en tentación y nos aleja de Dios.
Por último, para los que creen que solo llenar un banco en la iglesia, tener una religión y hacer buenas obras
los va a llevar al cielo y tendrán la salvación, esto no es así.
La salvación la puedes obtener
cuando desde lo profundo de tu corazón decides buscar a Dios y tener fe en Él.
Solo por medio de su gracia que es ese favor inmerecido, Él te regala esa
oportunidad de ser salvo, porque al buscarlo comienzas a tener conocimiento del
papel de Su precioso Hijo Jesús quien por obediencia asumió tus errores, tus vergüenzas,
tu pasado y tus pecados; y murió para que al momento en que tú te arrepientas de
llevar una vida completamente contraria a la que Dios quiere, superficial,
creyendo en el “Dios” social, puedas comenzar a tener una relación cercana con
ese Dios totalmente maravilloso que te llena de paz, que renueva tu ser, tu
carácter para darte un espíritu restaurado y que desde ese momento en adelante
puedas llevar un estilo de vida agradable para Dios y cosechando frutos.
¿Cuál es el “Dios” que tú quieres
conocer?
“Serás salvo si reconoces
abiertamente que Jesús es el Señor y si crees de todo corazón que Dios lo
levantó de la muerte.” Romanos 10:9
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