martes, 30 de septiembre de 2014

Jesús no es historia.


 

 
Por medio de la gracia de Dios tenemos el regalo de ser salvos, de conocer realmente a Jesús. Cuando Jesús se convierte en verbo activo, toma un lugar en el corazón que nada ni aún nadie puede llenar tanto. El mundo nos envuelve constantemente en un sistema de religiones, de veneración a una ley que ha sido ya anulada por el pecado. La religión no te salva, el único que puede liberarte del yugo de una vida sin propósito, de un mundo en abandono es ese precioso ser que dio su vida y decidió cargar con tus problemas, tus errores. Ese es el verdadero Jesús.

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