Por medio de la gracia de Dios tenemos el regalo de ser
salvos, de conocer realmente a Jesús. Cuando Jesús se convierte en verbo
activo, toma un lugar en el corazón que nada ni aún nadie puede llenar tanto.
El mundo nos envuelve constantemente en un sistema de religiones, de veneración
a una ley que ha sido ya anulada por el pecado. La religión no te salva, el
único que puede liberarte del yugo de una vida sin propósito, de un mundo en
abandono es ese precioso ser que dio su vida y decidió cargar con tus
problemas, tus errores. Ese es el verdadero Jesús.
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