jueves, 18 de diciembre de 2014

¿De qué trata la relación?


 
Relación es interacción, conexión entre dos cosas. Relación es aquel puente que se ha establecido entre Dios y yo por medio del perdón, a través de Jesús. Es algo sencillamente maravilloso. Inigualable. Dios nunca deja de ser ese precioso Padre que nos espera de brazos abiertos. En cambio nosotros a veces ocupamos nuestra mente y nuestro corazón en cosas que nos alejan de Él. Ellas pueden ser pruebas, pueden ser frentes de dificultades que llegan a nuestra vida y olvidamos que solo Él puede ayudarnos a salir de la tormenta. Se trata de confianza, de fe, pero como es algo intangible, nos sujetamos a los problemas y dejamos que nos agobien.

Ser un seguidor de Jesús no va a librarte de los problemas. Por el contrario, vivir en este mundo tan ajetreado y ser un seguidor de Jesús, es difícil. Porque Dios colocará las pruebas para forjarte como su hijo, para moldearte como hace un Alfarero con una vasija, para fortalecer cada aspecto en donde tú sientas debilidad. Él quiere ver si aún, siendo parte de este mundo, asumirás tu rol como testigo del amor de Cristo.

Una circunstancia económica, de salud, de relación interpersonal, puede ser motivo suficiente para rendirse. Uno, al verse en este tipo de situaciones, pierde la esperanza y poco a poco aleja a Dios de su vida. De pronto estás inmerso en los problemas, caído, débil. Y comienza la batalla, porque el enemigo ha puesto el ojo en la situación y quiere tomar provecho de ella.

Siempre recuerdo la historia de Job. Esa conversación entre Dios y Satanás.

“Entonces el Señor le dijo a Satanás:—¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay nadie en la tierra como él. Job es un hombre intachable, honesto, respeta a Dios y rechaza el mal.

Satanás le respondió al Señor: ¿Pero es que Job respeta a Dios por nada? ¿Acaso no lo proteges a él, a su familia y a sus posesiones? Haces que le vaya bien en todo lo que hace, y sus rebaños se ven por todo el país. Pero si le quitaras todo lo que tiene, seguro que te maldeciría en tu propia cara.

El Señor le dijo a Satanás: —Puedes hacer lo que quieras con lo que le pertenece a Job, pero a él mismo no le hagas daño. Entonces Satanás se retiró de la presencia del Señor” Job 1:8-12

En este momento vemos al Dios todopoderoso. Sí, permitió que el enemigo le quitara todo a Job para probar su fidelidad. Es así mismo como Dios trabaja con nosotros. Él se glorifica cuando en medio de la dificultad, reconocemos nuestra debilidad y buscamos de Él para salir de la tormenta. Llega un punto en el que el peso de los problemas es inaguantable y es ahí cuando debemos dar un alto, recordar lo que hizo Jesús en la cruz, recordar que ya él cargó con todo el peso y tomar su yugo que es mucho más ligero.

De eso se trata la relación. De permitirle a Él actuar en tu vida, trabajar contigo, ayudarte cuando has caído. Dios está esperando que tú le pidas ayuda. ¿Qué esperas?

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