miércoles, 23 de julio de 2014

Rompiendo paradigmas: Seguir a Cristo… ¿Religión o libertad?




Todo lo que me dispongo a transmitir a través de este blog va de la mano de un estudio bíblico previo en el cual cada versículo revela un mensaje, una enseñanza o una promesa del Señor. Se trata de mi punto de vista personal, respetando siempre su punto de vista.

Las teorías sobre la religión, las normas, ser cristiano, son temas que hemos de tratar bíblicamente para romper con muchos de los paradigmas que nos han envuelto a lo largo de la historia.

La dinámica de este mundo ha guiado al ser humano a conducirse por un camino muy distinto al que es agradable a Dios. Lo hemos complicado todo y el hombre ha buscado seguir su propio camino, su estilo de vida.

El mundo es un sistema en donde las leyes y normas se aplican a cada cosa que hacemos, sin embargo esto ha desencadenado que el hombre se vea tentado en seguir su propia naturaleza y obviar las normas establecidas.

“Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: –No codicies-” Romanos 7:7b

¡Así sucede a diario! Existe una lucha interna entre lo que debo y no debo, lo que está bien y está mal. Si debo o no ir a la iglesia, si no hago buenas obras no voy al cielo, si hago una oración diez veces soy salvo, e infinidades de paradigmas que ud puede contar.

En cuanto al Señor, todo es más simple de lo que estamos creyendo. Él nos dejó en su palabra todo lo que necesitamos saber… ¿Por qué complicarlo todo?

Las leyes de Dios establecidas antes de Cristo permitían al pueblo de Israel tener una forma de vivir agradable a Él. Moisés cumplía el papel de analogía para que el pueblo entendiera que Dios siempre estaba con ellos y que les enviaría un salvador. La ley era la pauta para que el pueblo escogido se condujera como Dios quería. 

Aún así, la naturaleza del hombre lo ha llevado a escoger el camino de sus propios deseos. 

“El pecado aprovechando la oportunidad que le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia” Romanos 7: 8a

“En otro tiempo yo tenía vida aparte de la ley; pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí” Romanos 7:9

De esta manera vemos como el hombre solo ha vivido en pro de satisfacer sus necesidades. Incluso vemos que el hombre no es capaz de seguir un mandamiento, sin terminar haciendo su contrario. Es que definitivamente en nuestras propias fuerzas no podemos cumplir con eso y al final estamos inmersos en una burbuja de culpas, una conciencia cada vez más pesada y tanto mal.

“Yo sé que en mí, es decir en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero” Romanos 7:18-19

En efecto así es. Todos estamos concientes de que por más que queramos cumplir con todas las leyes impuestas por la religión y toda una lista de mandatos, no lograremos seguirlas todas. 

Pero, nuestro padre que tanto nos ama y tiene conocimiento de esto, decidió enviar a su Hijo para que nos librara de ese mal que no deseamos hacer, pero que irremediablemente hacemos. 

“Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente y me tiene cautivo” Romanos 7:22-23

Quiere decir esto que hay dos premisas a tomar en cuenta. La primera es que muchos en el fondo desean seguir un camino agradable a Dios y la segunda es que a pesar de esto hay algo más fuerte que les impide hacerlo.

Pero, para este conflicto Dios nos dio la solución. No hay leyes religiosas que puedan salvarnos de nuestros males, no hay normas que puedan llevarnos por un mejor camino, mis buenas obras no harán que yo sea salvo.

Si buscamos el significado de la palabra religión; encontramos la expresión “(…) normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales (…)” (Real Academia Española)

Veamos qué dice la palabra acerca de estas normas:
“En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder” Romanos 8:3a

Esto quiere decir que por más que quieras salvarte a través de la religión, si no has confiado primero en la salvación a través de Jesús, las normas no te permitirán acercarte al Señor.

La buena noticia es…
“Por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivamos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu” Romanos 8:3-4

Solo a través de Jesús, puedes tener libertad de esta condición inmoral. La ley ha sido anulada por el pecado pero Cristo quien cargó con tus pecados y se entregó en sacrificio te da vida eterna junto al Padre.

“Si con Cristo ustedes ya han muerto a los principios de este mundo, ¿por qué, como si todavía pertenecieran al mundo, se someten a preceptos tales como: -No tomes en tus manos, no pruebes, no toques-? Estos preceptos, basados en reglas y enseñanzas humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con el uso” Colosenses 2:20-21 

Entonces, tú qué opinas... Seguir a Cristo ¿es religión o es libertad?


lunes, 14 de julio de 2014

Rompiendo paradigmas ¿Crees realmente que conoces a Dios?



Nuestra sociedad actual es tan exigente que nos dirige hacia un estilo de vida incansable, sin pausas. Hemos llegado al punto en que lo más importante es uno mismo. No pensamos en los demás, sino en lo que nos beneficia personalmente. No buscamos perdonar a quienes nos hicieron daño sino sentirnos bien con nosotros mismos, creando una coraza de rencor y odio. Dejamos a nuestro cuerpo en manos de los vicios, es más fácil acceder a ellos. Nos cargamos trabajando sin parar por el dinero justo para vivir.

Hemos entregado nuestro ser a la esclavitud de este mundo para que él consuma los aproximados ochenta años de nuestra existencia.

Este panorama es realmente desesperanzador. Igualmente hay otra realidad que no pasa por debajo de la mesa y es la de quienes están atados a las cadenas de problemas, son esclavos de sus temores, de sus dudas, no viven sino sobreviven cada día. Estas personas buscan a alguien que resuelva sus situaciones. Este mini dios que han creado se ha convertido en píldoras que calman el dolor pero no curan la enfermedad. ¿Por qué?

Porque hemos creado barreras, paredes que nos separan del Dios verdadero, aquel que desea que lo busques de manera genuina, no solamente cuando estás necesitado.
Y esto ocurre a diario porque queremos creer en el Dios de lo imposible, pero no deseamos seguir sus mandatos.

Entonces, ¿crees realmente que conoces a Dios?

“¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. El que afirma –Lo conozco-, pero no obedece sus mandamientos es un mentiroso y no tiene la verdad” 1 Juan 2:3-4

“En cambio el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida de aquel que obedece su Palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él. El que afirma permanecer en él, debe vivir como él vivió” 1 Juan 2:5-6

Dios quiere darte respuestas, él quiere manifestarse en tu vida, pero tú debes darle el lugar que merece. ¿Cómo puedes romper las barreras que te separan de él?

Lo primero es entender que todo lo que hagas en tu vida, es observado por tu Padre.

“Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas” Hebreos 4:13

Pero si tú estás cansado de vivir excusando cada cosa que haces y quieres ser renovado de mente y espíritu, solo debes reconocer tu debilidad; que en tus fuerzas no puedes quebrar las cadenas oprimen y necesitas de la ayuda de ese Dios que está ahí esperándote. La promesa de Dios para ti es librarte de esas cadenas, limpiar tu corazón y renovarte por completo.

“La Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado, para que mediante la fe en Jesucristo, lo prometido se les conceda a los que creen” Gálatas 3:22

Dios nos ha dado libertad a través de su Hijo. Solo cuando reconozcas que solo él puede ayudarte, que se entregó como sacrificio por ti, podrás experimentar esa libertad y lograrás dejar a un lado todo lo que no te permite avanzar. Desiste de ese pecado, deja que ese yugo sea crucificado por siempre.

“Si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección” Romanos 6:5

“Porque el que muere queda liberado del pecado” Romanos 6:7

Si tú quieres dar este paso, si anhelas dejar atrás eso que te mantiene prisionero, simplemente háblale a Dios, él quiere escucharte. Dile que reconoces que eres pecador y que en tus fuerzas no puedes vencer, no consigues seguir adelante. Dile que necesitas a Jesús, un salvador que te libere de la esclavitud y pídele que te renueve completamente para que llegues a experimentar la libertad que solo te es otorgada por medio de Cristo.

“Cristo nos liberó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud” Gálatas 5:1




miércoles, 9 de julio de 2014

¿Un Dios que no te prueba?


No hay un paradigma más errado que el del Dios que no te pone a prueba. La expectativa de que tu vida será perfecta, sin alguna circunstancia o situación difícil es más una fantasía que una perspectiva. Pensar que por confiar en un Dios poderoso, no tendrás montañas altas que superar, es una teoría muy cómoda.

Nuestra cotidianidad trae muchos problemas, Así es la vida. Podemos estar cara a cara con la decepción, la tristeza, el dolor, las dudas. Pero tienes el poder de elegir si esas situaciones son obstáculos que te impiden avanzar o son escalones que te ayudan a superar los problemas y a crecer en tu relación personal con Jesús.

“Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo a su propósito” Romanos 8:28

Y es cierto, muchas veces las dificultades nublarán tu mente y te alejarán de Dios si no sabes manejarlas, porque en nuestras fuerzas humanas simplemente no podemos enfrentarlas. El miedo llega a apoderarse de nosotros, el cansancio se convierte en un peso en la espalda y ya no hay nada que pueda levantarnos. Pero es ahí, en ese momento en el que te encuentras consumido, cuando Dios te utiliza de la mejor manera. Él quiere que tú seas capaz de confiar y esperar en él y no en ti mismo. Él desea que tú necesites de él y reconozcas que eres débil.

“Ustedes sólo han tenido las mismas tentaciones que todos los demás. Pero Dios es fiel y no va a dejar que sean tentados más allá de lo que puedan soportar. Así que sepan que cuando sean tentados, van a poder soportar, porque Dios les dará una salida.” 1 Corintios 10:13

¿Por qué Dios te prueba?

Dios nos pone a prueba cuando percibe que estamos alejados de Él, utiliza las circunstancias para que recordemos que Él tiene el control y para que busquemos más de su presencia.

“Cada vez que me veo inmersa en el afán diario y comienzo a darle prioridad a las cosas terrenales, como el estudio, la aprobación de mis amigos no creyentes y muchas cosas que me alejan de Dios, comienzo a tener pruebas en mi vida y ahí es cuando recuerdo que Dios quiere llamar mi atención. Es una alerta de –Oye, no me olvides, yo estoy aquí para ti-”
Lucía Arismendi

“Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno” 2 Corintios 4:17-18

¿Cómo hallar una salida para mis problemas?

Solo habla con Dios, pídele que te enseñe, que te muestre la salida. Pero ten paciencia con su respuesta, él te la dará mientras perseveres en la fe y en la oración constantemente. Recuerda que no hay salida fácil. Utiliza las promesas que están en la Palabra de Dios, como aliento para los momentos de dificultad.

1.      Jesús dijo- “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Juan 8:12

2.      Jesús sufrió mucho más que tú y lo hizo por ti- “En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡Anímense! Yo he vencido al mundo” Juan 16:33

3.      Persevera en la fe -“Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios” Hechos 14:22

4.      Glorifica el nombre de Jesús- “Pero si alguien sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo”


Dios ya tiene el control de tu vida, él sabe todo acerca de ti. No temas en decirle lo que sientes, él es un amigo fiel que está ahí dispuesto a tomar de tu mano y llevarte por el buen camino, lejos de cualquier tormenta.


lunes, 7 de julio de 2014

Rompiendo paradigmas: ¿Idolatría por la Autosuficiencia?



La autosuficiencia es la creencia de que “Gracias a mí, tengo lo que necesito” desde el punto de vista emocional y espiritual. Actualmente la tendencia de nuestro mundo es guiarse por la autosuficiencia, por el pensamiento de que a través de uno mismo se logra la felicidad plena.

Muchos están convencidos de esta teoría, han confiado en sus propias fuerzas y se han refugiado en ídolos. Al mismo tiempo desean tener a ese poderoso Dios que pueda estar ahí para ellos en todo momento. ¿Paradójico?

¿Crees poder adorar a Dios si te tienes a ti mismo como el centro de tu vida?

“Muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo. Su destino es la destrucción, adoran al dios de sus propios deseos y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal.”  Flipenses 3:18b-19

Con nuestra condición humana es improbable tener todo bajo control. Nuestras relaciones interpersonales, la familia, las finanzas, la salud, realmente equilibrarlo todo es muy difícil. A veces solo acudimos a Dios cuando se presentan circunstancias que no podemos resolver mediante nuestras fuerzas, pero basta con que tenga solución y olvidamos nuevamente a aquel que sí tiene el control de nuestra vida. En ese instante en que das tu espalda a Él, lo desconoces.

Él les dirá, “No sé de dónde son ustedes. Apártense de mí, porque ustedes se dedicaron a hacer el mal”. Lucas 13:27

Colocar nuestra confianza en Dios, no es pedirle ayuda en momentos difíciles, es tener la convicción de que es el único Dios, el Dios que escribe nuestra historia y traza nuestro camino. Se trata de reconocer que eres débil y que necesitas de alguien más que pueda levantarte. Es buscar a Dios tanto en la alegría como en la tristeza.

La autosuficiencia te lleva a ser tibio en la fe. Estás en esa lucha de creer solo en ti o creer en Dios. Pero Él quiere que le sigas para poder enseñarte los propósitos que tiene con cada situación en tu vida.

Para ello, Dios envió a un salvador que pudiera quebrar con todas las cadenas que te sujetan a esos mini dioses que no te permiten seguir adelante. ¿Qué ídolo en tu vida te impide adorar a Dios con plenitud? ¿Cuál es esa cadena que no te deja avanzar?

“Vengan a mí los que estén cansados y agobiados, que yo los haré descansar” Mateo 11:28
Descansa en Dios, entrégale tu vida, permite que Jesús te de libertad.
¡Pisa el freno!