miércoles, 9 de julio de 2014

¿Un Dios que no te prueba?


No hay un paradigma más errado que el del Dios que no te pone a prueba. La expectativa de que tu vida será perfecta, sin alguna circunstancia o situación difícil es más una fantasía que una perspectiva. Pensar que por confiar en un Dios poderoso, no tendrás montañas altas que superar, es una teoría muy cómoda.

Nuestra cotidianidad trae muchos problemas, Así es la vida. Podemos estar cara a cara con la decepción, la tristeza, el dolor, las dudas. Pero tienes el poder de elegir si esas situaciones son obstáculos que te impiden avanzar o son escalones que te ayudan a superar los problemas y a crecer en tu relación personal con Jesús.

“Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo a su propósito” Romanos 8:28

Y es cierto, muchas veces las dificultades nublarán tu mente y te alejarán de Dios si no sabes manejarlas, porque en nuestras fuerzas humanas simplemente no podemos enfrentarlas. El miedo llega a apoderarse de nosotros, el cansancio se convierte en un peso en la espalda y ya no hay nada que pueda levantarnos. Pero es ahí, en ese momento en el que te encuentras consumido, cuando Dios te utiliza de la mejor manera. Él quiere que tú seas capaz de confiar y esperar en él y no en ti mismo. Él desea que tú necesites de él y reconozcas que eres débil.

“Ustedes sólo han tenido las mismas tentaciones que todos los demás. Pero Dios es fiel y no va a dejar que sean tentados más allá de lo que puedan soportar. Así que sepan que cuando sean tentados, van a poder soportar, porque Dios les dará una salida.” 1 Corintios 10:13

¿Por qué Dios te prueba?

Dios nos pone a prueba cuando percibe que estamos alejados de Él, utiliza las circunstancias para que recordemos que Él tiene el control y para que busquemos más de su presencia.

“Cada vez que me veo inmersa en el afán diario y comienzo a darle prioridad a las cosas terrenales, como el estudio, la aprobación de mis amigos no creyentes y muchas cosas que me alejan de Dios, comienzo a tener pruebas en mi vida y ahí es cuando recuerdo que Dios quiere llamar mi atención. Es una alerta de –Oye, no me olvides, yo estoy aquí para ti-”
Lucía Arismendi

“Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno” 2 Corintios 4:17-18

¿Cómo hallar una salida para mis problemas?

Solo habla con Dios, pídele que te enseñe, que te muestre la salida. Pero ten paciencia con su respuesta, él te la dará mientras perseveres en la fe y en la oración constantemente. Recuerda que no hay salida fácil. Utiliza las promesas que están en la Palabra de Dios, como aliento para los momentos de dificultad.

1.      Jesús dijo- “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Juan 8:12

2.      Jesús sufrió mucho más que tú y lo hizo por ti- “En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡Anímense! Yo he vencido al mundo” Juan 16:33

3.      Persevera en la fe -“Es necesario pasar por muchas dificultades para entrar en el reino de Dios” Hechos 14:22

4.      Glorifica el nombre de Jesús- “Pero si alguien sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo”


Dios ya tiene el control de tu vida, él sabe todo acerca de ti. No temas en decirle lo que sientes, él es un amigo fiel que está ahí dispuesto a tomar de tu mano y llevarte por el buen camino, lejos de cualquier tormenta.


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