La autosuficiencia es la creencia de que “Gracias a mí, tengo
lo que necesito” desde el punto de vista emocional y espiritual. Actualmente la
tendencia de nuestro mundo es guiarse por la autosuficiencia, por el
pensamiento de que a través de uno mismo se logra la felicidad plena.
Muchos están convencidos de esta teoría, han confiado en sus
propias fuerzas y se han refugiado en ídolos. Al mismo tiempo desean tener a
ese poderoso Dios que pueda estar ahí para ellos en todo momento. ¿Paradójico?
¿Crees poder adorar a Dios si te tienes a ti mismo como el
centro de tu vida?
“Muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo. Su
destino es la destrucción, adoran al dios de sus propios deseos
y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal.” Flipenses 3:18b-19
Con nuestra condición humana es improbable tener todo bajo control.
Nuestras relaciones interpersonales, la familia, las finanzas, la salud, realmente
equilibrarlo todo es muy difícil. A veces solo acudimos a Dios cuando se
presentan circunstancias que no podemos resolver mediante nuestras fuerzas,
pero basta con que tenga solución y olvidamos nuevamente a aquel que sí tiene
el control de nuestra vida. En ese instante en que das tu espalda a Él, lo
desconoces.
Él les dirá, “No sé de dónde son ustedes. Apártense de mí,
porque ustedes se dedicaron a hacer el mal”. Lucas 13:27
Colocar nuestra confianza en Dios,
no es pedirle ayuda en momentos difíciles, es tener la convicción de que es el
único Dios, el Dios que escribe nuestra historia y traza nuestro camino. Se
trata de reconocer que eres débil y que necesitas de alguien más que pueda
levantarte. Es buscar a Dios tanto en la alegría como en la tristeza.
La autosuficiencia te lleva a ser
tibio en la fe. Estás en esa lucha de creer solo en ti o creer en Dios. Pero Él
quiere que le sigas para poder enseñarte los propósitos que tiene con cada situación
en tu vida.
Para ello, Dios envió a un
salvador que pudiera quebrar con todas las cadenas que te sujetan a esos mini
dioses que no te permiten seguir adelante. ¿Qué ídolo en tu vida te impide
adorar a Dios con plenitud? ¿Cuál es esa cadena que no te deja avanzar?
“Vengan a mí los que estén
cansados y agobiados, que yo los haré descansar” Mateo 11:28
Descansa en Dios, entrégale tu
vida, permite que Jesús te de libertad.
¡Pisa el freno!
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