“Que nadie te menosprecie por ser joven” 1 Timoteo 4:12
Cuando hablamos de juventud, nos referimos a una palabra
cargada de tanto significado. Los jóvenes son los que crean, innovan y dan vida
a la sociedad. Una idea se convierte en un sueño realidad por un impulso y una
convicción. Un joven es una semilla en su etapa más vigorosa de germinación.
Al verlo desde esta perspectiva, reconocemos que la juventud
es el período más espléndido en la vida de un ser humano. La sensación de estar
vivo, querer conocer y ser parte de lo que está ocurriendo es algo increíble.
Ahora, cuando eres joven pero además tienes el privilegio de
conocer a Cristo y amarlo, el camino de tu juventud toma otro rumbo
completamente diferente, uno realmente inigualable. Ser jóvenes de Cristo es
algo maravilloso.
¿Por qué seguir a Cristo te da una identidad? ¿Por qué le da
un nuevo significado a tu vida?
El momento en que conoces a Cristo, es el principio de una
nueva vida. Cuando yo conocí a Jesús, mis perspectivas cambiaron por completo.
Veía por encima de mi hombro momentos de mi vida que no cumplían con algún
propósito y no quería continuar así. Dios coloca las experiencias para que nos
demos cuenta de nuestro caminar, para que optemos seguir un sistema que
proporciona el mundo o para llevar una vida que trasciende a lo espiritual.
En 1 Timoteo 4:12 vemos el diálogo entre un hombre y un
joven, en el cual se refleja un sentido de estima de uno hacia el otro. “Que
nadie te menosprecie por ser joven” le dice Pablo a Timoteo a manera de
enseñarle el privilegio que él tenía de ser joven, de poder utilizar su
juventud con propósito.
¿Cómo podemos tener una juventud con propósito?
“¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo
conforme a tu palabra.” Salmo 119:9
Un joven que anhela cumplir la voluntad de Dios, guiará su
vida con la Palabra. Ese es el motor que nos permite andar en el camino del
Señor. Vivir conforme a la Palabra de Dios, garantiza el alimento espiritual
del joven.
Dios nos muestra dos perspectivas “Aun los jóvenes se cansan,
se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen (…)” Isaías 40:30
En este pasaje reconocemos que el andar de un joven que no
sigue su Palabra, es torpe e inconstante. Se cansan y se fatigan pues no se han
acostumbrado a servir por amor; tropiezan y caen porque eligen caminos que al
final no traen provecho alguno.
“Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminará y no se
cansarán.” Isaías 40:31
Tremendo como Dios nos permite ver ambas caras de la moneda.
Promete dar fuerzas a los que confían en Él, estima a los jóvenes que se
entregan por completo, pues confiar es entregarse.
Recuerda entonces que tu juventud tiene un valor extraordinario.
En Dios todo lo puedes y no permitas que alguien menosprecie ese valor que Él
te ha regalado a través de su gracia. Crea, sueña, vive el evangelio de manera
que el fruto que estás cosechando crezca con toda su fuerza.
“Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en
seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor
con un corazón limpio” 2 Timoteo 2:22
Huye de los excesos juveniles ¡huye! Ya hemos visto que el
Señor no hace excepciones con esto. Él quiere que huyas de eso porque sabe que
no trae ninguna ganancia en tu vida.
Un joven conforme al corazón de Dios, tendrá como prioridad andar
por un camino de rectitud, de justicia, de fe que alimenta el caminar, de amor
como el de Cristo y de paz para convivir en armonía junto a sus hermanos.
Si tú eres un joven que aún no ha creído en el valor de tu
juventud, anímate. Dios nos ha enseñado en su Palabra el valor de ser joven, él
quiere hombres y mujeres piadosos, que sigan su voluntad y sean imitadores de
Jesús.
Toma el lugar que tienes y recuerda a quién perteneces, pues
Dios renovará tus fuerzas.
¡Pisa el Freno!
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