miércoles, 7 de mayo de 2014

Creciendo juntos en Cristo: aprendiendo a servir

Creciendo juntos en Cristo: aprendiendo a servir

Servir a otros no es tarea fácil ya que requiere de un corazón amoroso y la disposición de hacer muchos sacrificios. Jesús era el mejor ejemplo de un servidor. Aún siendo Dios, Él no vino a la tierra a ser servido sino a servir a otros, sufrió y pagó el precio de nuestros pecados.

Jesús elige servir (Juan 13:3-5)
Jesús y sus seguidores se encontraban reunidos en una cena especial. Con esta celebración los judíos recordaban cuando Dios los había librado de la esclavitud de los egipcios. Cuando los judíos eran esclavos en Egipto, Dios les dijo que colocaran la sangre de un cordero como protección en cada puerta de cada casa y así todo aquel que obedeciera saldría libre de Egipto. 

Cuando Jesús comenzó su labor, Juan el bautista lo llamaba “el cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. Así como el cordero había sido un sacrificio para la liberación del pueblo de Israel, así mismo Jesús daría su sangre para liberar a la gente de la esclavitud del pecado. Para este momento ya Jesús sabía que faltaba poco tiempo para su muerte. Mientras estaba comiendo con sus discípulos, se levantó quitándose el manto y colocándose una toalla atada en la cintura. “Luego echó agua en un recipiente, empezó a lavarles los pies a sus seguidores y les secaba los pies con la toalla que llevaba en la cintura”- Juan 13:5

Lavar los pies sucios era el trabajo de un esclavo, ese acto era muestra del servicio de Jesús. Los discípulos se sorprendieron al ver cómo Jesús lavaba sus pies. Él decidió humillarse ante sus discípulos y servirles. 

Servir cuando otros malinterpretan (Juan 13:6-11)
Cuando Jesús iba a lavar los pies de Pedro, este se negó a ser servido. Jesús intentaba pacientemente explicar a Pedro por qué estaba haciendo esto, pero él no lo entendía. Creía más bien que él era el que debía limpiar los pies a Jesús. “¡Tú nunca vas a lavarme los pies!”- Juan 13:8. Eventualmente asumimos esa misma actitud, no entendemos los propósitos de Dios y nos vemos muy confundidos. 

Jesús quería que este acto de amor y servicio quedara marcado en el corazón de sus discípulos. Cuando Dios quiere enseñarnos una experiencia tan importante que guiará nuestras vidas, Él permite que atravesemos pruebas difíciles que nunca olvidaremos. Así que con este pasaje Dios nos enseña que a veces sus planes son misteriosos y que Él solo quiere que le obedezcamos. Pedro y los seguidores entendieron el mensaje luego de que Jesús muriera y resucitara de la muerte.

Seguir a Jesús como un servidor (Juan 13:12-17)
Luego de que Jesús terminara de lavar sus pies se sentó junto a ellos y les dijo:
“¿Entienden lo que les hice? Ustedes me llaman: “Maestro” y “Señor” y tienen razón, porque lo soy. Yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies. Así que ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado ejemplo para que traten a los demás como yo los he tratado a ustedes” 

Jesús estaba enseñándole a sus seguidores lo que era ser grande ante los ojos de Dios. Nuestra cultura advierte que ser grande es tener poder y gente que te sirva. Pero servir a otros es el mejor ejemplo de amor y grandeza ante los ojos del Padre. Jesús fue ejemplo de grandeza mediante su servicio. Cuando hemos madurado como seguidores, nos convertimos en siervos humildes de otros. Un verdadero discípulo de Jesús sirve a otros por amor al Señor. Debemos perseverar en esa actitud de siervo cada instante de nuestra vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario