martes, 8 de abril de 2014

Alimento del Espíritu: INTEGRIDAD

  
  En este pasaje de proverbios, existe una ambivalencia de valores a través de los cuales Dios nos revela qué camino desea que tomemos y el destino de aquellos que se guían por una vida que no le agrada a Él.
  Una vez leído el texto hagamos un análisis de los aspectos importantes, aquellos que resaltan pues de ahí partiremos para construir esos conceptos tan abstractos que definen el perfil de un "hombre justo" delante de Dios.

  En primer lugar el pasaje hace referencia a la justicia. Dios se complace cuando esta palabra predomina en nuestro corazón. Esto sugiere que el Señor, es un Dios de justicia y misericordia, además nos enseña a modelarla. 
  Luego habla de la humildad. Se trata de ceder, dejar a un lado la arrogancia, el engreimiento y por supuesto el orgullo. En pocas palabras hablamos de menguar. Quien es humilda gana la sabiduría que proviene de Dios.

  Asimismo, Dios habla sobre la honestidad. Este concepto te dirige a otro más completo, que es la integridad. Dios promete guiar por buen camino a aquel que es íntegro y recto. Es interesante mencionar que este pasaje resalta de manera constante la justicia y la honestidad.
  Por un lado la primera abre el camino que es agradable a Dios, rescata a las personas buenas de las dificultades, de los enemigos.
  De igual manera la integridad aleja el peso del pecado, permite el discernimiento y provee sabiduría.

Adicionalmente hay un punto importante que también prevalece en estos versículos, y que se vincula completamente a este tema. Se trata de las riquezas.
"Las riquezas no servirán para nada en el día del juicio, pero la vida rectapuede salvarte de la muerte"
Esto quiere decir que tu dios no puede ser el dinero o tus posesiones. El norte de tu vida debe ser alcanzar este carácter de justicia y honestidad para luego ser recompensado por el Dios justo y bondadoso.

El estudio de proverbios nos permite identificar aquellos valores que servirán de alimento para mi espíritu y que me ayudarán a forjar mi carácter como Hijo de Dios, agradable ante sus ojos.

Dios maravilloso y poderoso, gracias por revelarme en tu Palabra aquello que es agradable para ti. Quita de mi corazón todas las cosas que me tientan a dejar a un lado tus enseñanzas. Ayúdame a ser modelo de justicia e integridad para crecer en espíritu y ser de testimonio para otros, reflejando el carácter de tu hijo Jesucristo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén

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