Jesús
enseña con parábolas
Muchas
personas siguieron a Jesús por los milagros que podía hacer. Pero él también
deseaba que las personas conocieran del reino de Dios, así que lo enseñaba a
través de parábolas. Estas historias eran fáciles de entender y con ellas Jesús
quería demostrar que el reino de Dios era distinto a cualquier reino gobernado
por reyes.
El
reino de Dios es para aquellas personas que confían en que Jesús es el Hijo de
Dios y el Salvador de todos. Es un reino para quienes desean vivir como Dios lo
ha mandado y seguir las promesas de Él.
En
el tiempo de Jesús la gente utilizaba lámparas como medio para obtener luz.
Jesús preguntó “¿acaso si tienen una lámpara la ponen debajo de una cesta o
debajo de la cama?”-Marcos 4:21
Por
supuesto que no. Las lámparas sirven para dar luz, por lo tanto deben estar en
un lugar en donde pueda iluminar.
La
luz aleja a la oscuridad para que las cosas ocultas puedan ser vistas. En el
reino de Dios, Jesús es la luz que ha venido a enseñar a la gente cómo es Dios.
Aquellos que crean y sigan a Jesús son llamados la luz del mundo. Ser luz es
vivir como Dios quiere que vivamos, ayudar a otros a entender lo que Dios
quiere que hagamos. Él quiere que seamos esa luz colocada en lugares que
iluminen.
“No
hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada encubierto que no salga a
la luz pública”-Marcos 4:22
“¡Oigan
lo que les digo! Tengan cuidado de entender lo que oyen. Con la misma medida
que ustedes midan a los demás, Dios los medirá a ustedes”- Marcos 4:23-24
Luego
Jesús habló de que el reino de Dios es como una semilla sembrada por un hombre.
Cuando está sembrada, la planta crece poco a poco, sus hojas y tallos comienzan
a ser más grandes. Finalmente da frutos y está lista para la cosecha. En el
reino de Dios, los que siguen a Jesús son como los hombres que plantan estas
semillas. Ella corresponde a la verdad de Dios, que se siembra en las mentes de
quienes no lo conocen.
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