viernes, 18 de abril de 2014

Solo leer y amar

Isaías 53


¿Quién realmente creyó lo que oímos?
    ¿Quién vio en ello el gran poder del SEÑOR?
2 Creció delante de Dios como un retoño,
    como una raíz en tierra seca.
No había en él hermosura o majestad
    como para que nos fijáramos en él.
No había en él nada atrayente
    como para que nos gustara.
3 La gente lo despreció y hasta sus amigos lo abandonaron;
    era un hombre lleno de dolores y conocedor del sufrimiento.
Y como alguien a quien otros evitan,
    lo despreciamos y no pensamos que fuera alguien importante.
4 Verdaderamente él soportó todos nuestros sufrimientos
    y cargó con nuestros dolores.
Aunque nosotros pensamos que Dios lo había castigado,
    golpeado y afligido,
5 en realidad él fue traspasado debido a nuestra rebeldía.
    Fue magullado por las maldades que nosotros hicimos.
El castigo que él recibió hizo posible nuestro bienestar.
    Sus heridas nos hicieron sanar a nosotros.
6 Todos nosotros nos habíamos perdido como ovejas.
    Cada uno agarró su propio camino.
Pero el SEÑOR cargó en él
    todo el castigo que nosotros merecíamos.
7 Lo trataron cruelmente y lo torturaron,
    pero él se mantuvo humilde y no protestó.
Permaneció en silencio,
    como cuando llevan a un cordero al matadero
o como cuando una oveja guarda silencio
    ante los que la trasquilan.
8 Después de que lo arrestaron y condenaron, se lo llevaron.
    ¿Y a quién le importó lo que le iba a pasar?
Porque a él lo quitaron del mundo de los vivos.
    Lo mataron por los pecados de su pueblo.
9 Lo enterraron al lado de criminales
    y en una tumba de ricos,
aunque él nunca fue violento
    ni engañó a nadie.
10 Pero el SEÑOR se agradó de su humilde siervo,
    quien tanto sufrió.
Después de ser ofrecido como sacrificio por el pecado,
    él verá a sus descendientes,
alargará su existencia
    y la voluntad del SEÑOR prosperará a través de él.
11 Después de ese terrible sufrimiento, él verá la luz.
    Se sentirá satisfecho con todo lo que experimentó.
«Mi siervo, que siempre hace lo justo, salvará a muchos,
    y cargará con el castigo que merecían las maldades de ellos.
12 Por lo tanto, yo haré que esté al lado de los grandes,
    y que comparta el botín con los poderosos.
    Porque él se entregó voluntariamente a la muerte.
Fue tratado como un criminal,
    pero en realidad el cargó sobre sí el castigo que muchos merecían.
Ahora él está ante mí,
    intercediendo por los pecadores».


Definitivamente Dios es increíblemente fiel, sobre todo en las promesas maravillosas que nos ha dejado en Su Palabra. Un Dios de amor, de justicia y de bondad, que busca tener una relación personal contigo. Un padre celestial que desea ver obediencia y amor en sus Hijos, proveerles de todo lo necesario, dar descanso en momentos de dificultad y probar la confianza que tienen en Él. Qué hermoso suena todo esto en comparación a lo que hemos estado dispuestos a entregarle. 

  Nuestra naturaleza y todo aquello que hacemos que no agrada a Dios, nos ha mantenido separados de Él. Existe una barrera que no te permite verlo como desearías o estar en Su presencia como tanto anhelas. ¿Cómo hago para vencer esos límites?
  No basta ser tan buenos para eliminar esa brecha que existe entre Dios y nosotros. Es como intentar pasar una calificación que ya está reprobada, con la máxima nota, algo imposible. 

 Aún así Dios nos ama tanto que buscó una solución para este problema colocando algo así un puente de unión para poder alcanzar a estar con Él. Este "puente" lo estableció por medio de Su Hijo amado, quien hecho hombre vivió entre nosotros para entendernos, servirnos, amarnos y vencer toda tentación. ¡Qué perfecto!

  Aún siendo Hijo de Dios y teniendo esa autoridad y pudiendo tener el gozo, tomó en sus hombros nuestras faltas y sufrió la muerte en la cruz, aceptando la humillación como si no fuera nada, solamente para que podamos tener una relación íntima con Dios en nuestro paso por este mundo y una vida eterna junto Él. 
Así mismo Jesús nos pide que le sigamos, pero seguirle es tomar un reto mayor. Es tener conciencia de una vida en obediencia a Dios. Es negarte a ti mismo, dejar a un lado tus propios deseos, tomar la cruz que se te da y seguirlo completamente. 

Jesús hizo una pregunta importante "¿Qué puede tener un hombre si posee todo el mundo pero pierde su propia alma?"

Todos desean prosperidad y una vida llena de todo lo que el mundo te ofrece. Es posible perder esa vida y no solo a través de la muerte. Es posible perder el propósito que tiene Dios contigo y de esta manera perder la vida. Cuando vives para ti y pones en segundo plano a Dios, pierdes vida.
 

"El que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por seguirme y por mi mensaje, la salvará"-Marcos 8:35

¡Qué increíble! ¿Estás dispuesto a asumir este reto? Eres capaz de renunciar a las cosas que este mundo te ofrece por seguir a Jesús?


Este regalo maravilloso es el que hoy te vengo a dar...
Probablemente conocías esta increíble historia, pero tal vez no sabías que al confiar con el corazón en ella y estar dispuesto a dejar atrás todo yugo del mundo que te aparte de Dios, lograrás vencer esa barrera que no te ha permitido relacionarte completamente con Él.

"Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo"-Romanos 10:9

Si has sentido ese deseo de tener una relación con Dios, has creído en esta verdad con todo tu corazón y estás dispuesto a seguir a Jesús sin importar lo que venga, te invito a hacer una oración que cambiará tu vida, porque:

"La oración de fe, sanará al enfermo y el Señor lo levantará. y si ha pecado, su pecado se le perdonará" Santiago 5:15

Haz una oración sincera en donde puedas
1. Dar gracias por el inmenso amor de Cristo y por su sacrificio en la cruz
2.Arrepentirte por haberle fallado con tus acciones y pedirle perdón
3.Aceptarlo como tu salvador

¡Pisa el Freno!
 




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