Jesús
ayuda a los desesperanzados
Si
acudimos a Jesús en momentos de dificultad, él provee esa ayuda necesaria.
Estaba
Jesús sentado en un bote enseñando sobre el reino de Dios. En el atardecer le
dijo a sus seguidores que cruzaran el lago. Jesús estaba cansado así que se acostó
a dormir en la parte trasera del bote. En un momento una gran tormenta se desató
y las olas comenzaron a inundar el bote. Los discípulos aterrorizados,
despertaron a Jesús.
“Maestro,
¿No te importa que nos vayamos a ahogar?”-Marcos 4:38
Jesús
primero regañó al viento “¡Cálmese! ¡Quieto!” y la tormenta se desvaneció.
Luego les habló a sus discípulos.
“¿Por
qué son tan cobardes? ¿Todavía no tienen fe?”-Marcos 4:40
Pero
ellos estaban realmente asombrados y volvieron a creer que Jesús sí era el Hijo
de Dios.
Al
otro lado del lago, un hombre controlado por demonios conoció a los seguidores
de Jesús. Todos le temían, no había cadenas que pudieran controlarlo. Este hombre
no tenía esperanza alguna. ¿Quién podría ayudarlo?
Los
demonios que se encontraban en el hombre, sabían que Jesús era el Hijo de Dios.
Sabían que él tenía autoridad sobre ellos, por eso le pidieron que no les
hiciera daño. Así que Jesús los sacó del hombre y los puso dentro de los
cerdos. Unos dos mil cerdos corrieron al lago y se ahogaron. Así fue como el
hombre se libró de los demonios.
Los
que estaban alrededor no se contentaron con los cerdos ahogados, pero el hombre
quería seguir a Jesús.
Jesús
le dijo al hombre “Ve a tu casa y cuéntale a tu gente lo que el Señor ha hecho
por ti y cómo te ha tenido compasión”- Marco 5:19
Estas
historias nos permiten conocer algo sobre Jesús. Él estaba dispuesto a
atravesar tormentas para ayudar a lo desesperanzados. Jesús tiene autoridad
sobre demonios. Jesús no se quedaba donde no querían que estuviera y él quería
que aquellos a los que había ayudado fuesen testigos de lo que él había hecho en sus vidas.
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